domingo, abril 22

Atopia Subjetiva

Así se llama el centro de mi cadena de significados.
No se trata del eczema cutáneo sino de la sensibilidad de la piel del alma.
Se trata del lugar subjetivo, del metro cuadrado de los límites y las interpretaciones, donde triunfan y claudican milongueras pretensiones como versa el tango.
Se relaciona con los roles y el status (senso lato)...Roles porque los lugares se refieren al otro, son posiciones respecto de cada otro, y así yo soy la madre de mis hijos y ese es mi topos fundamental...fundado precisamente en la experiencia de ser madre y el posicionamiento que ello obliga tanto en lo cotidiano como en lo afectivo y en la jerarquía de valorizaciones que se deconstruye y reorganiza.
Lo del status es un poco más complejo porque está relacionado con el posicionamiento reconocido por el otro. El nombre, que nos ubica en una sucesión familiar por ejemplo, de herencia de características y hasta de bienes materiales, nos brinda un conjunto de derechos...Pero en lo personal, el nombre que porto es atópico, por lo que aquel "israel" personal (un pueblo sin territorio) resulta particularmente sensible a la ubicación, la catexia incluso, de los lugares. La investidura de los espacios, la demarcación de la intimidad, son algunos de los elementos de esta figura...Creo que nadie puede negar que estar sin casa por ejemplo, es una vivencia poderosa, a menos que uno se haya ido a refugiar al calor de la protección de un alma noble y generosa.
En las lides afectivas, el territorio es definitivamente el cuore, no el músculo sino la emoción de impresionarle, cual gato que lleva pájaros muertos a la cama para que connotemos amor.
Y si el knock knok knocking on heart´s doors arroja de respuesta una tos o un "ocupado" la cosa pinta mal...no sólo por la fomedad de participar en un juego en que uno no tiene naipes, también porque no resulta recomendable para la salud cuando por toda muda respuesta se reporta un "so we keep it under lock and key". Es como ir a un restaurant donde la mejor mesa está siempre reservada y nunca ocupada, una versión sofisticada del clásico no come ni deja comer.
A pesar de tener varias familias de origen no tengo un topos definido en aquellas, y el status que se me adjudica la verdad no es muy gratificante...además del particular hecho de resultar móvil y tener re poco que ver conmigo...
La Claudia me decía el otro día que otro lugar era el profesional, probablemente tiene razón como casi siempre, de hecho hay recompensa emocional en las particularidades en que me da por trabajar...Mientras el Vicente, que está nadando hacia arriba hoy mismo desde un cuestionamiento tópico heavy, me acaricia desde la distancia confiriéndome un lugar en su vida y en su corazón, no pido más, me hace feliz
:)


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