martes, abril 19

Amor y Karma

"Cada uno da lo que recibe" canta Drexler...no sé.

Que exista un patrón en la forma en que nos relacionamos es una responsabilidad personal, sin duda...pero también es una catedral el hecho que en la pareja las decisiones se acuerdan y que así es como uno asegura el compartir el famoso fifty/fifty de la responsabilidad. Es como bailar.

Aún así...hay momentos y momentos.

Hay momentos para pensar, momentos para ser humilde y afrontar.

Virtuoso no quiere decir completamente bueno (no hay)...quiere decir DISPUESTO A MEJORAR...que es una orientación espiritual, no viene ni de la cabeza que es tan ciega ni del corazón que a veces es tan mezquino. Remendar el alma es una tarea compleja y larga pero vale la PENA...más bien, depende de cada cual si la pena vale la pena: la podemos vivenciar como un ensañamiento de los dioses, o la podemos ver como una ventana que está empañada por miles de necesidades legítimas que se encuentran sin atención, y que se vuelven urgentes.

Finalmente, la prueba de amor es ruda, la prueba de amor está en dejar de subsanar y definitivamente sanar, que requiere una mezcla de coraje y humildad mayor que la de cualquier lucha precisamente porque se trata de no luchar, se trata de construir, y eso es pega.

Es pega dejar de ver lo que el eguito necesita y ver lo que es necesario.

Es pega definitivamente espiritual seleccionar bien los actos de amor para que redunden en un viraje del Karma, no tienen que ser lindos a primera vista...como un ejercicio de cambio desde el "por qué me da la vida esto si yo necesito lo contrario" a "yo le voy a dar a la vida lo que necesito porque así la vida me cuidará".

Amar es cuidar.
Cuidar, como Dios mismo, trabaja de maneras misteriosas.

Yo amo.

Dulces sueños.

jueves, abril 7

Cotidian Lifestyle (o tejado de vidrio)

Desde Freud, seco él.
(Desde Freud mismo el título es demasiado tag-eable como alusiones a asuntos íntimos, pero por lo mismo, se deja así el accidente)

Tiene aquellos textos "culturales" donde la idea es desmenuzar algunas cosillas humanas que aparecen por el sólo hecho de que vivimos en interacción, generando estas pautas o patrones compartidos de lo que es bueno y malo, lindo y feo, admisible e inadmisible, y que van a favorecer o impedir la convivencia. Psicología de las masas, Psicopatología de la vida cotidiana, Totem y Tabú parece que son los pilares de este análisis culturoso, si olvido alguno, eso tiene explicación evidente hablando de Freud.

No tiene para qué llegar el Feng Shui a occidente para que sepamos que existen condiciones mínimas de habitabilidad de los espacios: orden, sentido, usabilidad, estética. La entropía es una de las señoritas más competentes de la tierra, por lo que además de "mente sana en cuerpo sano" debe haber una casa linda, una cama cómoda, un baño limpio y así mil condiciones que dignifican los espacios. Entre el extremo opuesto y Diógenes hay una distancia cualitativa, en cuanto a que la independencia de lo material no necesariamente es la madre de todo el desorden que se acumula...pero algo debe haber que lo explique. Al menos algo que lo resuelva.

Aquí topamos con el asuntito de fondo y el salto es poco previsible pero tiene mucho sentido: la compulsión de repetición tan pero tan humana.

A ver.
La respuesta de la gente frente al caos, cualquiera sea su expresión, tiende a ser estable a lo largo de la vida.

Huida.
Reseteo.
Evasión.
Rabia.
Proyección.

O sea, en el primer caso, el abandono del esfuerzo, la renuncia, en buen chileno mandar todo a la conchesumare.

El segundo refiere a la vuelta a cero, empezar de nuevo, generar normas, criterios, y fabricar un todo que si bien trae algo del antes, es intrínsecamente nuevo. El riesgo? las consecuencias...elementos que quedan en el camino, en el computador esos documentos que no fueron guardados, en los nuevos escenarios el ajuste necesario, la pérdida imaginaria de las miles de otras alternativas por las que no se optó...que químicamente se disfraza de pérdida de libertad y entonces hace perder la cabeza.

El tercero es una tentación infantil casi irresistible: dormir, salir, beber, fumar, comer, ocuparse mucho (auch).

El cuarto es cíclico y sobreviene cuando hay un despunte de conciencia del estado de cosas...energía rabiosa que deviene negentrópica aunque no por ello ajena de efectos secundarios, desde un extremo cansancio hasta el deterioro de las relaciones entre las personas. Aquí entonces es esencial el filtro, que no vaya a caer al primer tópico y la rabia se use como recurso de huida, porque hay que ver que no cada vez que uno se defiende lo necesita, así como hay varias veces en que debiendo intervenir uno no lo hace.

La proyección es una genia sin igual: lograr ver pajas en todos los ojos es casi un medio de supervivencia. Es harto más sencillo culpar que responsabilizarse, así como es mucho más simple desechar que comprometerse.

Yo huyo, tú huyes, ellos huyen.
Yo culpo, tú culpas, ellos culpan.

Y las relaciones humanas que sobreviven a veces se pueden sostener sólo en el enclenque balancín de estar de acuerdo en lo tontos que son los demás, en cómo se distribuyen las culpas del resto, en cómo se nota que se hacen los lesos y excusan sus comportamientos en cualquier oportunidad de aquello que les salga al camino.

Pero el espejo,
el ombligo...
Requieren virtud.

Aristóteles dice que sólo los virtuosos pueden amar.
Amar parte por amigarse quizás con el tejado de vidrio, mal que mal deja pasar el sol y el calor, es impermeable y permite mirar lejos lejos hasta las estrellas.

Tarea para valientes.

miércoles, abril 6

Pan Chito

Vivía en la cordillera a la orilla de un río según decía, pero al parecer se sabía que no era así, aún cuando pudiese sostener con una versión precaria de lo que llaman convicción, que existía tal río, que olía a azúcar quemada que ya se enfrió, y que cabía entre las imágenes de bolitas perdidas, lápices que insistían en quebrar su punta tan laboriosamente labrada, tazas sin oreja y tantas otras cosas imperfectas. Total, los pensamientos y los suspiros se parecen porque ambos hacen creer que lo real existe, hasta que existen los libros de fierro y los marcalibros hechos de mechones de pelo blanco.

Cuando trató de aferrarse al rosado cojín que venía calculando de lejos agarrar, se distrajo entre tantas ideas que no eran verdad, que finalmente terminó él mismo por no ser cierto y resbaló, en un mundo entero que nunca existió.