viernes, abril 22

won´t shiver in the cold



La primera conceptualización que hace Freud sobre la angustia está marcada por su formación fisiológica, donde entiende que la energía libidinal no liberada transmuta hacia el cuerpo en otras localizaciones por su falta de descarga. Yo agregaría a esa faute, la descarga parcializada por algún proceso interferente como la inhibición, y con harto ojo ya que no siempre la angst se presenta como una opresión del cuello, aunque se disfraza de múltiples formas, de todos modos revela su anestesia.

La second glance es más psicologicista y apela a la amenaza de pérdida del objeto, que despierta al miedo más básico por los resabios de dependencia al objeto primario. Lo curioso es que el miedo muchas veces hace que proyectemos inseguridades que rebotan en el otro y así la angustia se termina contagiando como un verdadero "hipo afectivo", que a punta de espasmos de noquieronecesitarteporqueundiateirás HIP! va bestializando lo que podríamos vivir con fluidez y aceptación si realmente nuestra estructura madurara en forma pareja y en el mejor de los casos, en pareja.

Habla Segismundo de tramitar esta energía detenida, trámite que se define como económico por tanto debe gastar lo menos posible y obtener lo más posible, y que reporta una tarea individual que debiéramos aprender a realizar de modo cada vez más óptimo, adquiriendo una condición de verdadera obra de arte cuando se logra definir la línea divisoria entre la tramitación interna y la externa en el justo medio de la ecuación en la educación del nosotros. Nos podemos quedar tranquilos cuando restablecer el equilibrio interno es producto de un autogobierno eficiente y no responde a la presencia/ausencia de lo que haya devenido nuestro chupete (que me gusta que en inglés se llame pacifier), pero ese es sólo el primer paso, luego vendrá el desafío de rectificar el modelo económico interno acorde a la voluntad de ser feliz y, por último y como resultado de todo lo previo, desdudarse ante el otro aceptando que un día no estará y comprometiendo con alegría el cuidado mutuo que implica compartir mientras sí está, sin egoísmo.

Cada angustia abreacciona el trauma primario porque lo nuestro es repetir, no hasta el cansancio sino hasta el aprendizaje, para que un día podamos quedarnos quietecitos y regalar sonriendo un i wouldn´t stop you if you want to stay y logremos dejar de cuidarnos del otro para cuidar del otro como un don, que por más mañoso, cansado y aterrado que se nos presente, cada vez que ríe hace que salga el sol en nuestro paisaje interior.
Ya lo dijo Julito: las Esperanzas bailan espera.