miércoles, mayo 9

Alacrán

Pilar tenía la mano derecha quemada y estaba feliz porque ya unas dos horas atrás había dejado de doler, sabía que tenía que sacar todo ese plástico pegado entre los dedos pero por el momento lo importante era la conciencia de la ausencia del dolor, que casi es mejor que sentirse bien.
Renovada, se animó a usar un pantalón corto, cuestión que no era su costumbre, y se ofreció voluntariamente para ordenar la ropa. Estaba el grupo completo en un valle escondido en medio de la cordillera y había que ordenar porque ya corría la mitad de la semana de estadía.
Con la mano izquierda y la ayuda de la rodilla derecha como soporte, iba doblando las prendas una tras otra con sorprendente eficiencia, cuando repentinamente sintió un apretón en la rodilla. Al sacar el polerón de su pierna vio un diminuto ser afirmado a su piel por dos tenazas, que retiró y lanzó violentamente a la tierra y persiguió. Una vez pisado el bichín, Pilar se sintió mareada y extraña, por lo que decidió recostarse.
Los demás tardaron...bastante...no sabía calcular. Pero la encontraron con fiebre, dificultades para respirar y una rodilla desproporcionada. Tal como ante la quemada de la noche anterior, el gente a cargo de los primeros auxilios no supo más que hacer que esperar y aplicar paños fríos.
Cada cierto tiempo pensaba Pilar que no era, para un santiaguino, una experiencia común recibir veneno de alacrán (que viene en "frasco chico"). Incluso en momentos de desvarío pensaba que esa inoculación podía haer realizado algún cambio en su composición química.
Veinte años más tarde, al llegar a casa de amigas en la playa la recibió un alacrán caminando directamente hacia ella en el living de la casa. Sus amigas ecológicas no la dejaron pisotearlo por todas las picaduras del mundo y no le quedó otra que atender a sus súplicas...lo sacaron con cuidado y pala a las plantitas.
Dos semanas más tade en una playa vecina descubrió en la arena, entre el humo de la fogata y las imprecisiones de los anteojos en la noche, un frasco chico avanzando rápidamente hacia ella.

Sólo después de unos meses Pilar reflexionaba acerca del comportamiento de estos escorpiones...y terminó concluyendo que quizá le quieren picar para revertir algo, para terminar con un período, para cerrar el pago de un karma.

Debería dejarse picar?

5 comentarios:

Bitácora de Laboratorio dijo...

pilar se llama?

Pola dijo...

me a-llamé así...era la intención de mi hermadre, de quien huyo ser PILAR

Bitácora de Laboratorio dijo...

y qué es de pilar?

Pola dijo...

sacarse los pelos
los pelos de la lengua...

Enzo Antonio dijo...

Debería dejarse picar?
por supuesto que no
lo único que va conseguir otra gran picada
y otra gran herida.
Saludos.