aporía
f. filos. Dificultad lógica insuperable de un razonamiento o de su conclusión.
(Zenón de Elea propuso varias aporías en defensa de las tesis de Parménides contra el movimiento).
La Aporía (Aporesis o Diaporesis) es una Figura Retórica que consiste en la manifestación de duda o perplejidad acerca de lo que uno mismo debe decir o hacer.
Tal parece que cada uno de nosotros no es más que una figura retórica.
Tiene sentido, de hecho, sólo las figuras retóricas lo tienen.
La Aporía o sensación-de-no-tener-salida, es una repetición fina, no digan que no.
Proviene de la sofisticación máxima de un alma tan resistente al daño que se disocia en defensa propia:
mientras un hemisferio celebra los detalles simples del mundo, el otro se sobrecalienta de ideas que si no salen, van a provocar un incendio.
Y el ojo: disociado también....idealiza y deconstruye de modo alternado, la razón por la que fue bueno que existiera la Melanie Klein...la-teta-mala, la-teta-buena...una profunda miopía para vivir en el mundo, por una enceguecedora fluorescencia de la imaginatividad que provoca aquel mundo.
Pero la sensibilidad es inmune a la disociación, sólo que sus antípodas efectos viven en esquinas diversas de la galaxia...
como una bolsa de Hermione, contiene un sinnúmero de variedades todas mezcladas entre sí, provocando que la risa excesiva se transforme en llanto, que la debilidad elicite agresividad, que la pena dé rabia, etc.
Quizás es verdad que se necesitan varias vidas para aprender.
lunes, septiembre 2
sábado, junio 1
El Principio del Placer / El Fin del Displacer
Curioso que la palabra fin se use tanto para el final de algo como para la meta, función o propósito de algo... las cosas del sentido, y de lo sentido.
Freud y sus cosas...
Escribió "Más allá del Principio del Placer", libro de consulta obligatorio si se quiere entender ALGO de este raro bicho que somos, bicho cuyo miedo, a mi humilde juicio, es el centro ontogénico por antonomasia, el hoyo de la rosquilla, el ojo del huracán y la fuente de todos los supuestos "sentimientos"...hay en el miedo algo de sinécdoque, de pars pro toto de nuestras "guatever" (o "inserte aquí la hueá que se le cante la raja") motivación, deseo, impulso, emoción...o sea: para ser más claros:
Si tratamos de hacer gluten del humano, agarramos su harina y la amasamos bajo el chorro de agua y después de mucho amasar y lavar, lo único que nos quedará es una molécula de miedo en estado puro.
El librito este de Freud provoca, entre otras cosas raras, la reflexión acerca de las relaciones de objeto.
Y el objeto como una especie de licencia médica en blanco, podemos investir y desvestir al objeto cuantas veces queramos, podemos jugar con la imagen de objeto de nuestra alocada cabecita o hacer como que el interlocutor existe y tratar de comunicarnos con el famoso "otro" a través de la anexacta herramienta de la lengua...o con la lengua.
Lo que se plantea en la tesis de Freud y algunos colaboradores por fuerza citados por él, es que en la vida está claro que no todo lo que hacemos nos conduce a sentirnos bien. Ni siquiera se trata de pregonar el masoquismo, sino de advertir que sea cual sea nuestro FIN, su consecución siempre será parcial. Y dado que siempre nuestros fines irán siendo mediados por algún OBJETO, en el mejor de los casos una persona a la que le adjudicamos características positivas que nos cautivan, queda más claro que se trata de una apuesta con porotitos...no hay algo seguro, ni la percepción ni la emoción son datos fidedignos, lo único cierto es el miedo.
Fuera de Freud y gente con tiempo para escribir, existe la realidad innegable de una naturaleza destructiva salvaje frente a la que nos levantamos dignos con nuestros pulcros inventos: la ducha para eliminar los olores a bestia que son tan evidentes en los vagabundos, el baño como lugar donde olvidar que somos un tubo que transforma bellas lechugas y trozos de cadáver en materias horrendas que se olvidan en un rápido flush...y de ahí todos los modales habidos. Están también las reglas, los límites, los quereres y los poderes, los siperonitos, los penseques..tanta figura que nos ayuda para encontrar que tenemos la razón y que el otro está equivocado.
Pero hay un dato no menor en la enseñanza: alguien tiene que tener la deferencia de cuidar de nosotros mientras nosotros no podamos.
Y ese mientras puede ser toda la infancia como puede ser mientras estamos deprimidos, mientras estamos confundidos, mientras somos el lado débil en la ecuación de la sobrevivencia.
Cuando el cuidado de la infancia te pone límites te deja claro hasta dónde llegas tú y dónde empiezan los demás, es cierto, para que no te excedas, para que respetes y puedas vivir en convivencia con otros. Pero ahí hay una contratapa que nunca se lee: también esos límites te enseñan dónde empiezas tú y dónde los demás no deben acceder. El cuidado de los niños y del otro mientras está débil implica el respeto de su disco duro moral, no debe haber acceso a mellar, rayar o dejar algún tipo de huella permanente en el otro. Es por eso que las experiencias traumáticas que se viven "en pelotas" dejan escindido: no se puede reconciliar la emoción con el objeto, hay una ley que se rompe, un cristal que se triza, un modelo que cae y deja el terreno listo para una nueva cultura: la perversión. En cualquiera de sus modalidades, cualquier forma de vicio es una buena micro.
Cuando te han robado tu cerca, sólo queda alejarte.
Cuando han traspasado los márgenes de tu respeto, hay que volver desde cero a amarse uno mismo.
Si la escisión es un recurso adaptativo debemos aprender a leer su registro emotivo y conformarnos con sólo SABER que está ligado a un objeto, hasta que la rabia se reconozca miedo, hasta que el miedo se reconozca en la pena de ser desvalido, para que nunca más lo estemos, para que no repitamos más el "cuídame tú que yo no puedo" y logremos mandar todo a la rechuchaesumare.
Y como reza mi nuevo mantra: UNA PA LO´H VI´OH
jueves, mayo 2
so tired, so tired (8)
"Mediana edad, pinta de buena gente" dice Serrat en "Desamor"
..."negro desamor, feroz desamor
qué tristes se ven,
qué lejos están,
tanto que olvidar,
nada que decirse"...mi primo el Nano la caga en verdad, cómo se le ocurre juntar letras de ese modo.
Es tan raro no estar viejo sino que cansado...como que hasta la locura te sale con osteoporosis...todo lo que es no tener conciencia del paso del tiempo y la muerte que se acerca.
No tengo idea por qué me acordé de la Leslita cuando me dijo emocionada que había leído lo que yo había escrito y le había dao una pena infinita,
y yo había escrito una hueá que se llamaba algo como "soy feliz"...
nada tenemos tú y yo en común, y tenemos todo a la vez.
Cada vez me importan menos cosas pero con mayor intensidad.
Cada vez me emocionan cosas más simples y sobretodo imperfectas.
Hay pocas ideas claras en el mundo, una de ellas es que nadie debe conformarse con menos que todo.
La segunda, siempre, es que la gobernabilidad empieza por casa.
miércoles, mayo 16
Virtud y Vicio
En la filosofía parece haber cuestionamientos perennes como la dualidad (cuerpo/alma y muchas otras)...que nos remiten a la típica pregunta de si efectivamente existe una naturaleza humana, algo que nos defina a todos, algo en la base de nuestra configuración que nos guíe o al menos nos remuerda.
El hábito no hace monje alguno sino más bien construye virtudes o vicios...pero la a-dicción no es un vicio.
A-dicción = fuera-de-lo-dicho.
La desconocida y estrambótica parte de nosotros que no accede a una explicación verbal está evidenciada en la existencia de las adicciones..y el a-dicto,
es un no-diciente-del-padre
y un nunca-disiente-del-padre que, en rigor, ha perdido su condición de persona.
Así no más.
Si no pertenece al mundo de la ley y la palabra, no está.
Por eso parece que mintiera, pero ni siquiera es eso: "mitera".
Constantemente procura, ineficazmente por su escasa pulcritud, tomar los escasos datos reales que traspasan su ceguera para organizarlos en un todo pegado con moco, y en el acto de venderlo, sólo se lo vende él mismo.
No hay recaída en tanto iteración: está caído, caído del verbo.
Pobre.
sábado, febrero 25
Las palabras, las cosas, el tiempo, el espacio...
"El lenguaje si algo quiere es la repetición,
en su fallido intento por aprender lo real;
visto así,
el lenguaje es un fracaso,
no puede decir lo real,
no porque lo real sea inapresable sino porque lo real está mudo
...los hombres...hablan en el silencio permanente" (Miguel Reyes, ponencia 1996)
Si, si, ya todos saben que la taxinomia viene de Linneo,
que Borges con sus seres imaginarios le dejó a nuestro amigo Foucault en la cabeza un revoltijo de malestar y risa que lo instó a ver cómo cresta definir la relación entre las palabras y las cosas...
que llegó el momento de perseguir el hábitat simbólico,
ese que nos mantiene funcionando dormidos en la matrix sin siquiera preguntarnos por la verdad,
sólo porque a otro hueso con el perro de la filosofía griega,
o meramente por la longeva gracia del escamoteo,
personal, social, cultural
que nos permite descartar las preguntas por añejas, no porque se parearon con sus respuestas...
a otra cosa mariposa y pasamos a entetenernos/pajearnos con preguntarnos cómo se sujeta el - valga la rebuznancia - sujeto,
a los objetos, de deseo;
a las palabras, maullidos cuya estrategia es la ilusión de moneda común;
al tiempo, arbitrario, vivencial e impreciso;
al espacio...de suyo utópico.
Códigos ordenadores.
Códigos de orden alucinado, subjetivo o colectivo dependiendo del caso, más y menos angustiantes, respectivamente.
Puntuaré por secuencia de hechos, que no tiene nada que ver con el tiempo que es tan tramposo.
Primero: Se nace antes de nacer.
Hay algo que a uno lo "nomencla" - lo nomina y lo ancla - incluso antes del nombre: el qué significa uno para los progenitores.
No deseado?
Sorpresa?
Esperado por años?
Repositorio de frustraciones?
Validación?
Signo de adultez?
Estrategia para asegurar el futuro?
Tesoro?
Cuidado que el tesoro y el esperado por años no son necesariamente un buen lugar donde ser anclado, son sumamente reificantes. El primero, porque se pasa a ser una propiedad, tres kilos de carne valorada por los progenitores como el filete de la propia carne, la parte más rica y blanda...de un otro que no lo materializa como individuo sino como apéndice del propio narcisismo. El segundo, porque el símbolo "hijo" ha sufrido un progresivo distanciamiento de la realidad del vástago, ya sea porque se han creado sucesivas cargas de esperanza en hijos que nunca se materializan, ya sea porque varios embarazos no prosperan y, para dejar de perder una parte de sí, los progenitores se desapegan en defensa propia.
Seguido, esto no tiene estabilidad alguna.
Por ejemplo, la madre feliz es abandonada y resignifica todo, o el niño condesciende a la abuela y ella extiende su narcisismo hacia él de modo maligno, dejando al sujetín parado justo AHÍ: con una identidad que sólo es un disfraz y que eternamente deberá confirmarse en la imagen devuelta por el otro, ojalá de modo violento porque los abuelos sí saben disciplinar..."con la mamá se porta pésimo", "déjamelo a mí que a tí no te hace caso" y un conocido etc. Cambio de país, adopción, enfermedad de la madre, la variopinta fragilidad del acontecer marcarán este deambular por diferentes "topias" hasta que alguna, más convincente o más semejante a nuestro mito personal, se fije.
El mito personal es "parole, parole parole" (8) y su pega es confirmarse en la ilusión de la realidad, forzando primeramente la idea de que ésta posee una existencia más allá de nuestra muñeca y, redundando en la más increíble de las cegueras, nos hace DECIRNOS en una especie de trabajo de tiempo completo, de camas calientes...el YO en un monólogo eterno, se describe continuamente, pero con la particular condición de no tener retorno: NO SE OYE (a sí mismo) UN CARAJO. Ergo: la palabra es vacía, sólo ruido y no sustancia, pero siempre habla desde un lugar y eso, significa que todo lo que sale de la propia boca, sea pelambre, crítica, una opinión detractora o genuinamente escandalizada, siempre proviene del propio agujero, como una exégesis del "dime de qué te jactas y te diré qué adoleces".
Vuelvo a la secuencia: el primer objeto es aquel mediante el cual recibimos alimento.
La boca nos permite asirnos a la "realidad" como la ventosa de la sanguijuela y en esa misma precaria urgencia está el problema perenne: no logramos distinguir el objeto de su función, nunca, asunto que se hace evidente en la cargada relación con las cosas: el control remoto, la tablet o el auto como prótesis fálica, el cachureo conservado en un limbo de "algún día me va a servir" o el ritual de la salida de la casa como una segurización de que todo está en su lugar, sobre todo uno mismo.
La forma en que nos relacionamos con la satisfacción y la seguridad mediante los objetos-persona, los objeto-función o los transicionales, fijan a su vez cómo vamos a lidiar con el otro.
Y el otro es siempre un objeto.
No es comprensible más que a través de un engañoso ejercicio especular que llamamos empatía y que no es ponerse los zapatos del otro, es ponerle los zapatos propios al otro: prueba de ello es que cada consejo, por más bienintencionado que sea, le sirve más a quien lo emite que al que lo escucha: no es su horma, no es su talla, no le combina.
Se percibe entonces la idea de partida: el objeto, sea la realidad toda o el otro mismo, no es cognoscible, es sólo palabreable e imaginable y de hecho le hablamos y le imaginamos hablando de tal modo que podemos llegar varias veces a la semana a decirle "métete por la raja la guitarra" y el pobre otro se ha perdido un capítulo entero de "diálogo".
Si esto fuera una canción, el coro diría: escúchate, no estás hablando DESDE tí, estás hablando DE tí...todo el rato.
"...vio finalmente a través de las ramas floridas una forma negra. Estaba sentado, erecto como un perro, y era negro, liso y brillante; sus hombros llegaban a la altura de la cabeza de Ransom; las patas delanteras sobre las que estaba apoyado eran como árboles jóvenes, y las pezuñas que descansaban en el suelo eran anchas como las de un camello. El enorme vientre redondo era blanco, y por encima de sus hombros se elevaba, muy alto, un cuello como de caballo." (Borges).
Esta imagen, del animal imaginado por C.S. Lewis, es muy similar a la que nos logramos armar de la otredad.
La más típica y la más vaga descripción: "mira, es buena persona, tiene sus cosas buenas y malas, como todo el mundo" es la base del objeto que se llama "otro". Y de ahí en más, adornos que provienen de los propios zapatos, de lo incompleto de la imagen, de lo bicho raro que nos parece.
Lo curioso es que uno también es un otro de uno mismo.
Por lo tanto uno también es un objeto: un parlante, para ser más precisa, un parlante sin retorno...desde la psicología, ese retorno sólo se puede adquirir en terapia.
Por eso resulta sencillo comprender por qué el hombre, históricamente en las taxinomias, aparece primero por su enfermedad...que se define al mismo tiempo como desorden y salvación.
En términos de la subjetivación, cuando escuchamos "mira, yo soy el único hueón que conozco que se ha quebrado cuatro veces el mismo tobillo", o se describe una enfermedad que "le da a una entre dos millones de personas y me tenía que dar a mí" estamos frente a un amor al síntoma que opera como reemplazo del amor al propio sujeto, sencillamente porque no se puede amar lo que no se conoce.
Pasa el tiempo.
Pero no pasa.
No somos en absoluto conscientes de su imaginario paso, de hecho, ese objeto que somos nosotro mismos, en nuestra propiocepción ¡¡¡no varía!!! "mes siento igual" por lo bajo, o la gorda que se queda a vivir en el espejo de la anoréxica, o la flaca eterna que no entiende por qué el pantalón no le "cruza".
La arqueología personal no tiene capas geológicas: podemos tener en nuestro dormitorio la antigua foto de los bisabuelos y el vaso vacío de agua que tomamos anoche, no existe el tiempo en la configuración de nuestro hábitat concreto y por eso necesitamos botar cosas, sacar la basura, ordenar, pintar, como una mediatización de la necesidad de crecer-en-el-tiempo y en el que diseñamos como nuestro espacio.
Y todo este pajeo no ha considerado nuestras dos más importantes pilares: los afectos y los valores.
De los afectos el maldito psicoanálisis dice que es una expresión de la "constancia del objeto" y eso podría explicar dos cosillas: que se tenga la sensación de amar siempre al mismo o la misma, o de cagarla siempre de la misma manera...nada de eso es mentira, uno ubica al otro en el lugar de su objeto-de-amor y le cuelga las características que "siempre" ha tenido éste, teñido por la percepción y decepción que nos generaron los progenitores, ya sea que nos cagaran o que dejaran de hacerlo.
Se desea al otro, se encantan uno y otro, se miran "recursivizando" la catexia.
Es como si cada uno de nosotros tuviera una olla de oro como la de los gnomos, y le fuera poniendo a la gente con que se topa, hojuelitas de oro como las del príncipe feliz: lo inviste de valor y lo empelota cuando quiere, enrabiándose, demonizándolo, destacándole todas las "yayas"...paréntesis: me encanta que los defectos y las heridas tengan sinonimia en infantilandés...
Muchos hombres, por la experiencia de vivir con mujeres incomprensibles, tienen la imagen-imaginaria del bestiario...
Arpías
Para la Teogonía de Hesíodo, las Arpías son divinidades aladas, y de larga y suelta cabellera, más veloces que los pájaros y los vientos; para el tercer libro de la Eneida, aves con cara de doncella, garras encorvadas y vientre inmundo, pálidas de hambre que no pueden saciar. Bajan de las montañas y mancillan las mesas de los festines. Son invulnerables y fétidas; todo lo devoran, chillando, y todo lo transforman en excrementos. Servio, comentador de Virgilio,escribe que así como Hécate es Proserpina en los Infiernos, Diana en la tierra, y Luna en elcielo, y la llaman "diosa triforme", las Arpías son Furias en los infiernos, Arpías en la tierra y Demonios (Dirae) en el cielo. Arpías, en griego, significa "las que raptan", "las que arrebatan".
En esta fórmula, capaz que por un asunto de gestalt, no se puede percibir al mismo tiempo la grata sensación de estar-amando con la de sentirse-amado. Por eso queda la cagá, porque lo que se ve no se ve de dos lados: si se ve el defecto en el otro no se ve la viga en el propio ojo...si se está entregando cosas agradables se jura que el otro las está viendo y hasta valorando.
La sensación, por angustiantes momentos, es que se ha metido la pata, tropezado de nuevo, errado el ojo, o se ha "perdido el control" de los sentimientos. Se vive la escisión corazón/cabeza, qué viejo el chiiiste: nunca fue. Se pusieron hojuelas de oro y despúes, algunos como niños picados, las sacarán violentamente, como entrándose con la pelota, diciéndole al corazón: te vas tú o me voy yo, pero no te acompaño más.
Otros, con más paciencia y menos terror, acomodarán las hojuelitas en los lugares donde sí se vean bien, eternamente, viendo al otro y no re-clamando al otro, viéndolo con el pozo sin fondo del valor de la lealtad, de la lealtad de reconocerse imperfecto frente a un otro que está dispuesto a apostar toda su ternura.
en su fallido intento por aprender lo real;
visto así,
el lenguaje es un fracaso,
no puede decir lo real,
no porque lo real sea inapresable sino porque lo real está mudo
...los hombres...hablan en el silencio permanente" (Miguel Reyes, ponencia 1996)
Si, si, ya todos saben que la taxinomia viene de Linneo,
que Borges con sus seres imaginarios le dejó a nuestro amigo Foucault en la cabeza un revoltijo de malestar y risa que lo instó a ver cómo cresta definir la relación entre las palabras y las cosas...
que llegó el momento de perseguir el hábitat simbólico,
ese que nos mantiene funcionando dormidos en la matrix sin siquiera preguntarnos por la verdad,
sólo porque a otro hueso con el perro de la filosofía griega,
o meramente por la longeva gracia del escamoteo,
personal, social, cultural
que nos permite descartar las preguntas por añejas, no porque se parearon con sus respuestas...
a otra cosa mariposa y pasamos a entetenernos/pajearnos con preguntarnos cómo se sujeta el - valga la rebuznancia - sujeto,
a los objetos, de deseo;
a las palabras, maullidos cuya estrategia es la ilusión de moneda común;
al tiempo, arbitrario, vivencial e impreciso;
al espacio...de suyo utópico.
Códigos ordenadores.
Códigos de orden alucinado, subjetivo o colectivo dependiendo del caso, más y menos angustiantes, respectivamente.
Puntuaré por secuencia de hechos, que no tiene nada que ver con el tiempo que es tan tramposo.
Primero: Se nace antes de nacer.
Hay algo que a uno lo "nomencla" - lo nomina y lo ancla - incluso antes del nombre: el qué significa uno para los progenitores.
No deseado?
Sorpresa?
Esperado por años?
Repositorio de frustraciones?
Validación?
Signo de adultez?
Estrategia para asegurar el futuro?
Tesoro?
Cuidado que el tesoro y el esperado por años no son necesariamente un buen lugar donde ser anclado, son sumamente reificantes. El primero, porque se pasa a ser una propiedad, tres kilos de carne valorada por los progenitores como el filete de la propia carne, la parte más rica y blanda...de un otro que no lo materializa como individuo sino como apéndice del propio narcisismo. El segundo, porque el símbolo "hijo" ha sufrido un progresivo distanciamiento de la realidad del vástago, ya sea porque se han creado sucesivas cargas de esperanza en hijos que nunca se materializan, ya sea porque varios embarazos no prosperan y, para dejar de perder una parte de sí, los progenitores se desapegan en defensa propia.
Seguido, esto no tiene estabilidad alguna.
Por ejemplo, la madre feliz es abandonada y resignifica todo, o el niño condesciende a la abuela y ella extiende su narcisismo hacia él de modo maligno, dejando al sujetín parado justo AHÍ: con una identidad que sólo es un disfraz y que eternamente deberá confirmarse en la imagen devuelta por el otro, ojalá de modo violento porque los abuelos sí saben disciplinar..."con la mamá se porta pésimo", "déjamelo a mí que a tí no te hace caso" y un conocido etc. Cambio de país, adopción, enfermedad de la madre, la variopinta fragilidad del acontecer marcarán este deambular por diferentes "topias" hasta que alguna, más convincente o más semejante a nuestro mito personal, se fije.
El mito personal es "parole, parole parole" (8) y su pega es confirmarse en la ilusión de la realidad, forzando primeramente la idea de que ésta posee una existencia más allá de nuestra muñeca y, redundando en la más increíble de las cegueras, nos hace DECIRNOS en una especie de trabajo de tiempo completo, de camas calientes...el YO en un monólogo eterno, se describe continuamente, pero con la particular condición de no tener retorno: NO SE OYE (a sí mismo) UN CARAJO. Ergo: la palabra es vacía, sólo ruido y no sustancia, pero siempre habla desde un lugar y eso, significa que todo lo que sale de la propia boca, sea pelambre, crítica, una opinión detractora o genuinamente escandalizada, siempre proviene del propio agujero, como una exégesis del "dime de qué te jactas y te diré qué adoleces".
Vuelvo a la secuencia: el primer objeto es aquel mediante el cual recibimos alimento.
La boca nos permite asirnos a la "realidad" como la ventosa de la sanguijuela y en esa misma precaria urgencia está el problema perenne: no logramos distinguir el objeto de su función, nunca, asunto que se hace evidente en la cargada relación con las cosas: el control remoto, la tablet o el auto como prótesis fálica, el cachureo conservado en un limbo de "algún día me va a servir" o el ritual de la salida de la casa como una segurización de que todo está en su lugar, sobre todo uno mismo.
La forma en que nos relacionamos con la satisfacción y la seguridad mediante los objetos-persona, los objeto-función o los transicionales, fijan a su vez cómo vamos a lidiar con el otro.
Y el otro es siempre un objeto.
No es comprensible más que a través de un engañoso ejercicio especular que llamamos empatía y que no es ponerse los zapatos del otro, es ponerle los zapatos propios al otro: prueba de ello es que cada consejo, por más bienintencionado que sea, le sirve más a quien lo emite que al que lo escucha: no es su horma, no es su talla, no le combina.
Se percibe entonces la idea de partida: el objeto, sea la realidad toda o el otro mismo, no es cognoscible, es sólo palabreable e imaginable y de hecho le hablamos y le imaginamos hablando de tal modo que podemos llegar varias veces a la semana a decirle "métete por la raja la guitarra" y el pobre otro se ha perdido un capítulo entero de "diálogo".
Si esto fuera una canción, el coro diría: escúchate, no estás hablando DESDE tí, estás hablando DE tí...todo el rato.
"...vio finalmente a través de las ramas floridas una forma negra. Estaba sentado, erecto como un perro, y era negro, liso y brillante; sus hombros llegaban a la altura de la cabeza de Ransom; las patas delanteras sobre las que estaba apoyado eran como árboles jóvenes, y las pezuñas que descansaban en el suelo eran anchas como las de un camello. El enorme vientre redondo era blanco, y por encima de sus hombros se elevaba, muy alto, un cuello como de caballo." (Borges).
Esta imagen, del animal imaginado por C.S. Lewis, es muy similar a la que nos logramos armar de la otredad.
La más típica y la más vaga descripción: "mira, es buena persona, tiene sus cosas buenas y malas, como todo el mundo" es la base del objeto que se llama "otro". Y de ahí en más, adornos que provienen de los propios zapatos, de lo incompleto de la imagen, de lo bicho raro que nos parece.
Lo curioso es que uno también es un otro de uno mismo.
Por lo tanto uno también es un objeto: un parlante, para ser más precisa, un parlante sin retorno...desde la psicología, ese retorno sólo se puede adquirir en terapia.
Por eso resulta sencillo comprender por qué el hombre, históricamente en las taxinomias, aparece primero por su enfermedad...que se define al mismo tiempo como desorden y salvación.
En términos de la subjetivación, cuando escuchamos "mira, yo soy el único hueón que conozco que se ha quebrado cuatro veces el mismo tobillo", o se describe una enfermedad que "le da a una entre dos millones de personas y me tenía que dar a mí" estamos frente a un amor al síntoma que opera como reemplazo del amor al propio sujeto, sencillamente porque no se puede amar lo que no se conoce.
Pasa el tiempo.
Pero no pasa.
No somos en absoluto conscientes de su imaginario paso, de hecho, ese objeto que somos nosotro mismos, en nuestra propiocepción ¡¡¡no varía!!! "mes siento igual" por lo bajo, o la gorda que se queda a vivir en el espejo de la anoréxica, o la flaca eterna que no entiende por qué el pantalón no le "cruza".
La arqueología personal no tiene capas geológicas: podemos tener en nuestro dormitorio la antigua foto de los bisabuelos y el vaso vacío de agua que tomamos anoche, no existe el tiempo en la configuración de nuestro hábitat concreto y por eso necesitamos botar cosas, sacar la basura, ordenar, pintar, como una mediatización de la necesidad de crecer-en-el-tiempo y en el que diseñamos como nuestro espacio.
Y todo este pajeo no ha considerado nuestras dos más importantes pilares: los afectos y los valores.
De los afectos el maldito psicoanálisis dice que es una expresión de la "constancia del objeto" y eso podría explicar dos cosillas: que se tenga la sensación de amar siempre al mismo o la misma, o de cagarla siempre de la misma manera...nada de eso es mentira, uno ubica al otro en el lugar de su objeto-de-amor y le cuelga las características que "siempre" ha tenido éste, teñido por la percepción y decepción que nos generaron los progenitores, ya sea que nos cagaran o que dejaran de hacerlo.
Se desea al otro, se encantan uno y otro, se miran "recursivizando" la catexia.
Es como si cada uno de nosotros tuviera una olla de oro como la de los gnomos, y le fuera poniendo a la gente con que se topa, hojuelitas de oro como las del príncipe feliz: lo inviste de valor y lo empelota cuando quiere, enrabiándose, demonizándolo, destacándole todas las "yayas"...paréntesis: me encanta que los defectos y las heridas tengan sinonimia en infantilandés...
Muchos hombres, por la experiencia de vivir con mujeres incomprensibles, tienen la imagen-imaginaria del bestiario...
Arpías
Para la Teogonía de Hesíodo, las Arpías son divinidades aladas, y de larga y suelta cabellera, más veloces que los pájaros y los vientos; para el tercer libro de la Eneida, aves con cara de doncella, garras encorvadas y vientre inmundo, pálidas de hambre que no pueden saciar. Bajan de las montañas y mancillan las mesas de los festines. Son invulnerables y fétidas; todo lo devoran, chillando, y todo lo transforman en excrementos. Servio, comentador de Virgilio,escribe que así como Hécate es Proserpina en los Infiernos, Diana en la tierra, y Luna en elcielo, y la llaman "diosa triforme", las Arpías son Furias en los infiernos, Arpías en la tierra y Demonios (Dirae) en el cielo. Arpías, en griego, significa "las que raptan", "las que arrebatan".
En esta fórmula, capaz que por un asunto de gestalt, no se puede percibir al mismo tiempo la grata sensación de estar-amando con la de sentirse-amado. Por eso queda la cagá, porque lo que se ve no se ve de dos lados: si se ve el defecto en el otro no se ve la viga en el propio ojo...si se está entregando cosas agradables se jura que el otro las está viendo y hasta valorando.
La sensación, por angustiantes momentos, es que se ha metido la pata, tropezado de nuevo, errado el ojo, o se ha "perdido el control" de los sentimientos. Se vive la escisión corazón/cabeza, qué viejo el chiiiste: nunca fue. Se pusieron hojuelas de oro y despúes, algunos como niños picados, las sacarán violentamente, como entrándose con la pelota, diciéndole al corazón: te vas tú o me voy yo, pero no te acompaño más.
Otros, con más paciencia y menos terror, acomodarán las hojuelitas en los lugares donde sí se vean bien, eternamente, viendo al otro y no re-clamando al otro, viéndolo con el pozo sin fondo del valor de la lealtad, de la lealtad de reconocerse imperfecto frente a un otro que está dispuesto a apostar toda su ternura.
lunes, enero 23
De la Recidiva y la Obliteración
Partamos por una posición frente a dichas fórmulas.
Legitimadas ambas en recursos humanísimos provenientes directamente desde nuestra biología, digamos que son "lo que (más) hay" y definitivamente no son el "my best" al que uno debería aspirar.
En el cáncer, la recidiva es la reaparición de la sintomatología en época de bonanza. En el psicoanálisis, por ese gusto de complicar las cosas, aparece ligada a la compulsión de repetición, finalmente Segismundo Alegría era médico y tenía en lo personal una relación bastante estrecha con el síntoma porque se trataba de un sujeto poco saludable (con todas las consideraciones de contexto que su vida implica). La recidiva sería en este corpus el artero ataque de nuestra porción de ridiculez, inseguridad, inmadurez o guatever que se hace presente cuando andamos paveando.
De la recidiva como repetición todos sabemos porque todos hemos vivido ambas sensaciones que se pueden desprender de acá: la una es "por qué chucha siempre hago está hueá?" y la otra es "puta la hueá yo pensé que esa mierda ya se había terminado". No es grave, no es triste y está lejos de ser determinista porque por más mamonamente esperanzado que pueda sonar EL CAMBIO EXISTE. Sólo que no se da tan rápido ni tan barato, ni "magica" en el momento que uno lo clama, pero tranquila y bellamente se nos instala jugando al imperceptible hasta que lo pillamos cuando algo que antes nos hacía "equis" ahora nos hace "beta", permitiéndonos querernos un poquito más y sonreír húmedamente y sin urgencia.
La obliteración es más pelúa.
Hay de beneficio en la noción biológica del encapsulamiento de una lesión que te estaba atacando por dentro que opera como "la media salvá" con respecto a lo que hasta ese minuto se ha podido esperar.
Pero en la psiquis...cuánto podemos encapsular? o más bien, cuánto podemos neutralizar los efectos de lo lesivo que está en el bunker?
Sin duda existen experiencias que pueden tener este tratamiento sin perjuicio de quien los sella.
Para las otras "humildo" pensar que está la afánisis.
Sí: hay en el miedo a perder la capacidad de pasarlo bien un recurso insoslayable para llevar un inventario minimalista de lo que se "sotaniza" para que no moleste.
Hey, no hay que caer en la trampa de que el psicoanálisis se piense sólo como la anexacta ciencia del inconsciente porque entonces no serviría para puta cosa. Es sobre todo literatura y por ello un crisol de sentidos posibles para experiencias y cosas; si se quiere por último porque el inconsciente se expresa, se observa, irrumpe y guía y es tan de uno y de la cultura que más que temor, nos debiera caer bien como un viejo amigo: a pesar de sus defectos o más bien "a reír" de sus defectos.
No hay mal que con bien no venga. De post-porrazos se cuentan fantásticas bonanzas que no se sabe nunca si serán recidivables. No se va a saber hasta que se sepa, total si nos quedamos quietos para evitar caernos lo más probable es que nos terminemos cayendo con una brisa.
El "do my best" es propiciable en algunos afortunados encuentros que no se dan desde la carencia sino desde la necesidad que es más madura y honesta.
Si uno se convirtiera en un malabarista de mediano nivel entre estas tres cosas, presumo que iríamos sin prisa pero sin pausa hacia el "my best" de cada pasada. A la pelotita de la recidiva la agarramos pal hueveo estando atentos a no meter siempre la misma pata por andar distraídos o encandilados de oropel, valga aclarar que andar atento es andar despierto y con los sentidos abiertos al equilibrio dinámico de la vida, dista profundamente de andar perseguidos. A la pelotita de la obliteración la mantenemos a raya con la sensatez de que no se puede tener el alma llena de cachureos pero tampoco es dable vivir sin bodega. Y a la de la afánisis la podemos manejar a lo pandilla de Scooby Doo que al agarrar al malo le sacaba tres y hasta cuatro veces la máscara, para que no confundamos la tranquilidad con la fomedad, la estabilidad con la rutina, el silencio con la incomodidad, la calma con la flojera o la intensidad con la invasión. Para que no nos amenace lo bueno ni nos engatuse lo malo, confundiendo lo perfectible con lo imperfecto, lo amable con una exigencia, la inteligencia con la imposible ausencia total de pelotudez. Todo para qué? En cristiano: para que cuando alguna Felicidad nos visite la dejemos entrar.
Legitimadas ambas en recursos humanísimos provenientes directamente desde nuestra biología, digamos que son "lo que (más) hay" y definitivamente no son el "my best" al que uno debería aspirar.
En el cáncer, la recidiva es la reaparición de la sintomatología en época de bonanza. En el psicoanálisis, por ese gusto de complicar las cosas, aparece ligada a la compulsión de repetición, finalmente Segismundo Alegría era médico y tenía en lo personal una relación bastante estrecha con el síntoma porque se trataba de un sujeto poco saludable (con todas las consideraciones de contexto que su vida implica). La recidiva sería en este corpus el artero ataque de nuestra porción de ridiculez, inseguridad, inmadurez o guatever que se hace presente cuando andamos paveando.
De la recidiva como repetición todos sabemos porque todos hemos vivido ambas sensaciones que se pueden desprender de acá: la una es "por qué chucha siempre hago está hueá?" y la otra es "puta la hueá yo pensé que esa mierda ya se había terminado". No es grave, no es triste y está lejos de ser determinista porque por más mamonamente esperanzado que pueda sonar EL CAMBIO EXISTE. Sólo que no se da tan rápido ni tan barato, ni "magica" en el momento que uno lo clama, pero tranquila y bellamente se nos instala jugando al imperceptible hasta que lo pillamos cuando algo que antes nos hacía "equis" ahora nos hace "beta", permitiéndonos querernos un poquito más y sonreír húmedamente y sin urgencia.
La obliteración es más pelúa.
Hay de beneficio en la noción biológica del encapsulamiento de una lesión que te estaba atacando por dentro que opera como "la media salvá" con respecto a lo que hasta ese minuto se ha podido esperar.
Pero en la psiquis...cuánto podemos encapsular? o más bien, cuánto podemos neutralizar los efectos de lo lesivo que está en el bunker?
Sin duda existen experiencias que pueden tener este tratamiento sin perjuicio de quien los sella.
Para las otras "humildo" pensar que está la afánisis.
Sí: hay en el miedo a perder la capacidad de pasarlo bien un recurso insoslayable para llevar un inventario minimalista de lo que se "sotaniza" para que no moleste.
Hey, no hay que caer en la trampa de que el psicoanálisis se piense sólo como la anexacta ciencia del inconsciente porque entonces no serviría para puta cosa. Es sobre todo literatura y por ello un crisol de sentidos posibles para experiencias y cosas; si se quiere por último porque el inconsciente se expresa, se observa, irrumpe y guía y es tan de uno y de la cultura que más que temor, nos debiera caer bien como un viejo amigo: a pesar de sus defectos o más bien "a reír" de sus defectos.
No hay mal que con bien no venga. De post-porrazos se cuentan fantásticas bonanzas que no se sabe nunca si serán recidivables. No se va a saber hasta que se sepa, total si nos quedamos quietos para evitar caernos lo más probable es que nos terminemos cayendo con una brisa.
El "do my best" es propiciable en algunos afortunados encuentros que no se dan desde la carencia sino desde la necesidad que es más madura y honesta.
Si uno se convirtiera en un malabarista de mediano nivel entre estas tres cosas, presumo que iríamos sin prisa pero sin pausa hacia el "my best" de cada pasada. A la pelotita de la recidiva la agarramos pal hueveo estando atentos a no meter siempre la misma pata por andar distraídos o encandilados de oropel, valga aclarar que andar atento es andar despierto y con los sentidos abiertos al equilibrio dinámico de la vida, dista profundamente de andar perseguidos. A la pelotita de la obliteración la mantenemos a raya con la sensatez de que no se puede tener el alma llena de cachureos pero tampoco es dable vivir sin bodega. Y a la de la afánisis la podemos manejar a lo pandilla de Scooby Doo que al agarrar al malo le sacaba tres y hasta cuatro veces la máscara, para que no confundamos la tranquilidad con la fomedad, la estabilidad con la rutina, el silencio con la incomodidad, la calma con la flojera o la intensidad con la invasión. Para que no nos amenace lo bueno ni nos engatuse lo malo, confundiendo lo perfectible con lo imperfecto, lo amable con una exigencia, la inteligencia con la imposible ausencia total de pelotudez. Todo para qué? En cristiano: para que cuando alguna Felicidad nos visite la dejemos entrar.
viernes, diciembre 23
jueves, noviembre 24
pyrex
Hay conceptos buenos: Juguito De Carne por ejemplo...todos tenemos un poco de eso...del "mañódromo" reificado en la cara que el humano pone cuando viene alguien con un sartén y una cuchara y ofrece juguito de los bistocos con ajo sobre el arroz /inserte aquí su variante preferida/ retrotrayendo a la abuela introyectada que nos vuelve un ser de pantalones cortos con cara de no cacho nada de nada pero esto me guuusta...
Pyrex es aquel famoso vidrio que resiste el calor y el frío con un estoicismo único. y tiene una no poco espeluznante pseudo-homofonía con "padre"...
La esen-xigencia de un ser parental para que no nos deje la cagá es que no rebase los límites de lo disculpable, que sea transparente en su humanidad y aunque sea un ejemplo no ejemplar, lo que le resulta prohibitivo es quebrarse frente al testigo clave que lo necesita un poco menos loco de lo que él mismo será...porque si se triza no queda otra que botarlo, y en esos vidrios que uno tendrá la pega de terminar de romper, se irá la posibilidad de ocuparlo como fuente y contenedor, y con eso, la posibilidad de sentarse en la testera a explicar la tesis, a resistir el nacimiento del hijo, a desprender las personas que se nos pegan a los objetos, a cambiar sin quebrar el vidrio interno, sin desorganizarnos completamente como revolviendo el dominó para empezar el próximo episodio...nos vuelve ahistóricos e incontinentes, aferrados a lo que queremos ser en lugar de lo que somos.
Una función, en matemática, es una ecuación metaforizada.
La metáfora del padre como matema, tiene el deber de funcionar.
Pyrex es aquel famoso vidrio que resiste el calor y el frío con un estoicismo único. y tiene una no poco espeluznante pseudo-homofonía con "padre"...
La esen-xigencia de un ser parental para que no nos deje la cagá es que no rebase los límites de lo disculpable, que sea transparente en su humanidad y aunque sea un ejemplo no ejemplar, lo que le resulta prohibitivo es quebrarse frente al testigo clave que lo necesita un poco menos loco de lo que él mismo será...porque si se triza no queda otra que botarlo, y en esos vidrios que uno tendrá la pega de terminar de romper, se irá la posibilidad de ocuparlo como fuente y contenedor, y con eso, la posibilidad de sentarse en la testera a explicar la tesis, a resistir el nacimiento del hijo, a desprender las personas que se nos pegan a los objetos, a cambiar sin quebrar el vidrio interno, sin desorganizarnos completamente como revolviendo el dominó para empezar el próximo episodio...nos vuelve ahistóricos e incontinentes, aferrados a lo que queremos ser en lugar de lo que somos.
Una función, en matemática, es una ecuación metaforizada.
La metáfora del padre como matema, tiene el deber de funcionar.
martes, septiembre 27
Regalo
Humberto me regaló esto esta mañana, van seis años de conocer a un amigo con el que iría confiada a la conchinchina.
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos...
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños...
Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,
olvidar sus ojos, su risa, todo porque sus caminos
han dejado de abrazarte, olvidar tu pasado
y pagarlo con tu presente...
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha...
Queda prohibido no crear tu historia,
dejar de dar las gracias a Dios por tu vida,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que... sin tí, este mundo no sería igual.
No se sabe si es de Neruda o de Cuervo, pero ya sabemos que las palabras, son de todo el que las usa.
Dicen que Obama se guardó en un bunker, que viene un cometa, que se acaba el mundo...y a mí no me queda nada muy importante que hacer ni temer. Soy feliz, gracias querido amigo.
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos...
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños...
Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,
olvidar sus ojos, su risa, todo porque sus caminos
han dejado de abrazarte, olvidar tu pasado
y pagarlo con tu presente...
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha...
Queda prohibido no crear tu historia,
dejar de dar las gracias a Dios por tu vida,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que... sin tí, este mundo no sería igual.
No se sabe si es de Neruda o de Cuervo, pero ya sabemos que las palabras, son de todo el que las usa.
Dicen que Obama se guardó en un bunker, que viene un cometa, que se acaba el mundo...y a mí no me queda nada muy importante que hacer ni temer. Soy feliz, gracias querido amigo.
martes, septiembre 6
TAFIO
Si muero hoy
No tendría que dejar de fumar
No tendría que ir a trabajar mañana
No tendría que pagar mis deudas
No me quedan "te quieros" pendientes
No me quedarían fracasos pendientes
No me odiaría nadie
No tendría que ver a nadie más morir
y todos sabrán que la muerte vino, me invitó y yo le dije VAMOS!
Me quedaré en mis tres fisgonas proboscis
en sus huesos chuecos
en sus gestos
en su mirada
y en su irresistible tentación de hacerle bullying a la palabra
No tendría que dejar de fumar
No tendría que ir a trabajar mañana
No tendría que pagar mis deudas
No me quedan "te quieros" pendientes
No me quedarían fracasos pendientes
No me odiaría nadie
No tendría que ver a nadie más morir
y todos sabrán que la muerte vino, me invitó y yo le dije VAMOS!
Me quedaré en mis tres fisgonas proboscis
en sus huesos chuecos
en sus gestos
en su mirada
y en su irresistible tentación de hacerle bullying a la palabra
martes, abril 19
Amor y Karma
"Cada uno da lo que recibe" canta Drexler...no sé.
Que exista un patrón en la forma en que nos relacionamos es una responsabilidad personal, sin duda...pero también es una catedral el hecho que en la pareja las decisiones se acuerdan y que así es como uno asegura el compartir el famoso fifty/fifty de la responsabilidad. Es como bailar.
Aún así...hay momentos y momentos.
Hay momentos para pensar, momentos para ser humilde y afrontar.
Virtuoso no quiere decir completamente bueno (no hay)...quiere decir DISPUESTO A MEJORAR...que es una orientación espiritual, no viene ni de la cabeza que es tan ciega ni del corazón que a veces es tan mezquino. Remendar el alma es una tarea compleja y larga pero vale la PENA...más bien, depende de cada cual si la pena vale la pena: la podemos vivenciar como un ensañamiento de los dioses, o la podemos ver como una ventana que está empañada por miles de necesidades legítimas que se encuentran sin atención, y que se vuelven urgentes.
Finalmente, la prueba de amor es ruda, la prueba de amor está en dejar de subsanar y definitivamente sanar, que requiere una mezcla de coraje y humildad mayor que la de cualquier lucha precisamente porque se trata de no luchar, se trata de construir, y eso es pega.
Es pega dejar de ver lo que el eguito necesita y ver lo que es necesario.
Es pega definitivamente espiritual seleccionar bien los actos de amor para que redunden en un viraje del Karma, no tienen que ser lindos a primera vista...como un ejercicio de cambio desde el "por qué me da la vida esto si yo necesito lo contrario" a "yo le voy a dar a la vida lo que necesito porque así la vida me cuidará".
Amar es cuidar.
Cuidar, como Dios mismo, trabaja de maneras misteriosas.
Yo amo.
Dulces sueños.
Que exista un patrón en la forma en que nos relacionamos es una responsabilidad personal, sin duda...pero también es una catedral el hecho que en la pareja las decisiones se acuerdan y que así es como uno asegura el compartir el famoso fifty/fifty de la responsabilidad. Es como bailar.
Aún así...hay momentos y momentos.
Hay momentos para pensar, momentos para ser humilde y afrontar.
Virtuoso no quiere decir completamente bueno (no hay)...quiere decir DISPUESTO A MEJORAR...que es una orientación espiritual, no viene ni de la cabeza que es tan ciega ni del corazón que a veces es tan mezquino. Remendar el alma es una tarea compleja y larga pero vale la PENA...más bien, depende de cada cual si la pena vale la pena: la podemos vivenciar como un ensañamiento de los dioses, o la podemos ver como una ventana que está empañada por miles de necesidades legítimas que se encuentran sin atención, y que se vuelven urgentes.
Finalmente, la prueba de amor es ruda, la prueba de amor está en dejar de subsanar y definitivamente sanar, que requiere una mezcla de coraje y humildad mayor que la de cualquier lucha precisamente porque se trata de no luchar, se trata de construir, y eso es pega.
Es pega dejar de ver lo que el eguito necesita y ver lo que es necesario.
Es pega definitivamente espiritual seleccionar bien los actos de amor para que redunden en un viraje del Karma, no tienen que ser lindos a primera vista...como un ejercicio de cambio desde el "por qué me da la vida esto si yo necesito lo contrario" a "yo le voy a dar a la vida lo que necesito porque así la vida me cuidará".
Amar es cuidar.
Cuidar, como Dios mismo, trabaja de maneras misteriosas.
Yo amo.
Dulces sueños.
jueves, abril 7
Cotidian Lifestyle (o tejado de vidrio)
Desde Freud, seco él.
(Desde Freud mismo el título es demasiado tag-eable como alusiones a asuntos íntimos, pero por lo mismo, se deja así el accidente)
Tiene aquellos textos "culturales" donde la idea es desmenuzar algunas cosillas humanas que aparecen por el sólo hecho de que vivimos en interacción, generando estas pautas o patrones compartidos de lo que es bueno y malo, lindo y feo, admisible e inadmisible, y que van a favorecer o impedir la convivencia. Psicología de las masas, Psicopatología de la vida cotidiana, Totem y Tabú parece que son los pilares de este análisis culturoso, si olvido alguno, eso tiene explicación evidente hablando de Freud.
No tiene para qué llegar el Feng Shui a occidente para que sepamos que existen condiciones mínimas de habitabilidad de los espacios: orden, sentido, usabilidad, estética. La entropía es una de las señoritas más competentes de la tierra, por lo que además de "mente sana en cuerpo sano" debe haber una casa linda, una cama cómoda, un baño limpio y así mil condiciones que dignifican los espacios. Entre el extremo opuesto y Diógenes hay una distancia cualitativa, en cuanto a que la independencia de lo material no necesariamente es la madre de todo el desorden que se acumula...pero algo debe haber que lo explique. Al menos algo que lo resuelva.
Aquí topamos con el asuntito de fondo y el salto es poco previsible pero tiene mucho sentido: la compulsión de repetición tan pero tan humana.
A ver.
La respuesta de la gente frente al caos, cualquiera sea su expresión, tiende a ser estable a lo largo de la vida.
Huida.
Reseteo.
Evasión.
Rabia.
Proyección.
O sea, en el primer caso, el abandono del esfuerzo, la renuncia, en buen chileno mandar todo a la conchesumare.
El segundo refiere a la vuelta a cero, empezar de nuevo, generar normas, criterios, y fabricar un todo que si bien trae algo del antes, es intrínsecamente nuevo. El riesgo? las consecuencias...elementos que quedan en el camino, en el computador esos documentos que no fueron guardados, en los nuevos escenarios el ajuste necesario, la pérdida imaginaria de las miles de otras alternativas por las que no se optó...que químicamente se disfraza de pérdida de libertad y entonces hace perder la cabeza.
El tercero es una tentación infantil casi irresistible: dormir, salir, beber, fumar, comer, ocuparse mucho (auch).
El cuarto es cíclico y sobreviene cuando hay un despunte de conciencia del estado de cosas...energía rabiosa que deviene negentrópica aunque no por ello ajena de efectos secundarios, desde un extremo cansancio hasta el deterioro de las relaciones entre las personas. Aquí entonces es esencial el filtro, que no vaya a caer al primer tópico y la rabia se use como recurso de huida, porque hay que ver que no cada vez que uno se defiende lo necesita, así como hay varias veces en que debiendo intervenir uno no lo hace.
La proyección es una genia sin igual: lograr ver pajas en todos los ojos es casi un medio de supervivencia. Es harto más sencillo culpar que responsabilizarse, así como es mucho más simple desechar que comprometerse.
Yo huyo, tú huyes, ellos huyen.
Yo culpo, tú culpas, ellos culpan.
Y las relaciones humanas que sobreviven a veces se pueden sostener sólo en el enclenque balancín de estar de acuerdo en lo tontos que son los demás, en cómo se distribuyen las culpas del resto, en cómo se nota que se hacen los lesos y excusan sus comportamientos en cualquier oportunidad de aquello que les salga al camino.
Pero el espejo,
el ombligo...
Requieren virtud.
Aristóteles dice que sólo los virtuosos pueden amar.
Amar parte por amigarse quizás con el tejado de vidrio, mal que mal deja pasar el sol y el calor, es impermeable y permite mirar lejos lejos hasta las estrellas.
Tarea para valientes.
(Desde Freud mismo el título es demasiado tag-eable como alusiones a asuntos íntimos, pero por lo mismo, se deja así el accidente)
Tiene aquellos textos "culturales" donde la idea es desmenuzar algunas cosillas humanas que aparecen por el sólo hecho de que vivimos en interacción, generando estas pautas o patrones compartidos de lo que es bueno y malo, lindo y feo, admisible e inadmisible, y que van a favorecer o impedir la convivencia. Psicología de las masas, Psicopatología de la vida cotidiana, Totem y Tabú parece que son los pilares de este análisis culturoso, si olvido alguno, eso tiene explicación evidente hablando de Freud.
No tiene para qué llegar el Feng Shui a occidente para que sepamos que existen condiciones mínimas de habitabilidad de los espacios: orden, sentido, usabilidad, estética. La entropía es una de las señoritas más competentes de la tierra, por lo que además de "mente sana en cuerpo sano" debe haber una casa linda, una cama cómoda, un baño limpio y así mil condiciones que dignifican los espacios. Entre el extremo opuesto y Diógenes hay una distancia cualitativa, en cuanto a que la independencia de lo material no necesariamente es la madre de todo el desorden que se acumula...pero algo debe haber que lo explique. Al menos algo que lo resuelva.
Aquí topamos con el asuntito de fondo y el salto es poco previsible pero tiene mucho sentido: la compulsión de repetición tan pero tan humana.
A ver.
La respuesta de la gente frente al caos, cualquiera sea su expresión, tiende a ser estable a lo largo de la vida.
Huida.
Reseteo.
Evasión.
Rabia.
Proyección.
O sea, en el primer caso, el abandono del esfuerzo, la renuncia, en buen chileno mandar todo a la conchesumare.
El segundo refiere a la vuelta a cero, empezar de nuevo, generar normas, criterios, y fabricar un todo que si bien trae algo del antes, es intrínsecamente nuevo. El riesgo? las consecuencias...elementos que quedan en el camino, en el computador esos documentos que no fueron guardados, en los nuevos escenarios el ajuste necesario, la pérdida imaginaria de las miles de otras alternativas por las que no se optó...que químicamente se disfraza de pérdida de libertad y entonces hace perder la cabeza.
El tercero es una tentación infantil casi irresistible: dormir, salir, beber, fumar, comer, ocuparse mucho (auch).
El cuarto es cíclico y sobreviene cuando hay un despunte de conciencia del estado de cosas...energía rabiosa que deviene negentrópica aunque no por ello ajena de efectos secundarios, desde un extremo cansancio hasta el deterioro de las relaciones entre las personas. Aquí entonces es esencial el filtro, que no vaya a caer al primer tópico y la rabia se use como recurso de huida, porque hay que ver que no cada vez que uno se defiende lo necesita, así como hay varias veces en que debiendo intervenir uno no lo hace.
La proyección es una genia sin igual: lograr ver pajas en todos los ojos es casi un medio de supervivencia. Es harto más sencillo culpar que responsabilizarse, así como es mucho más simple desechar que comprometerse.
Yo huyo, tú huyes, ellos huyen.
Yo culpo, tú culpas, ellos culpan.
Y las relaciones humanas que sobreviven a veces se pueden sostener sólo en el enclenque balancín de estar de acuerdo en lo tontos que son los demás, en cómo se distribuyen las culpas del resto, en cómo se nota que se hacen los lesos y excusan sus comportamientos en cualquier oportunidad de aquello que les salga al camino.
Pero el espejo,
el ombligo...
Requieren virtud.
Aristóteles dice que sólo los virtuosos pueden amar.
Amar parte por amigarse quizás con el tejado de vidrio, mal que mal deja pasar el sol y el calor, es impermeable y permite mirar lejos lejos hasta las estrellas.
Tarea para valientes.
miércoles, abril 6
Pan Chito
Vivía en la cordillera a la orilla de un río según decía, pero al parecer se sabía que no era así, aún cuando pudiese sostener con una versión precaria de lo que llaman convicción, que existía tal río, que olía a azúcar quemada que ya se enfrió, y que cabía entre las imágenes de bolitas perdidas, lápices que insistían en quebrar su punta tan laboriosamente labrada, tazas sin oreja y tantas otras cosas imperfectas. Total, los pensamientos y los suspiros se parecen porque ambos hacen creer que lo real existe, hasta que existen los libros de fierro y los marcalibros hechos de mechones de pelo blanco.
Cuando trató de aferrarse al rosado cojín que venía calculando de lejos agarrar, se distrajo entre tantas ideas que no eran verdad, que finalmente terminó él mismo por no ser cierto y resbaló, en un mundo entero que nunca existió.
Cuando trató de aferrarse al rosado cojín que venía calculando de lejos agarrar, se distrajo entre tantas ideas que no eran verdad, que finalmente terminó él mismo por no ser cierto y resbaló, en un mundo entero que nunca existió.
viernes, octubre 29
dor
Stop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.
Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He Is Dead,
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.
He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last for ever: I was wrong.
The stars are not wanted now: put out every one;
Pack up the moon and dismantle the sun;
Pour away the ocean and sweep up the wood.
For nothing now can ever come to any good.
(W.H. Auden)
jueves, septiembre 2
Un, dos, tres, por tí!
Desde cuándo estoy escribiendo esto ya ni sé
Que las certezas hoy van por otras vías, mucho más importantes y profundas...
Certeza de piel, de beso, de lágrima que embellece la visión del mundo por la emoción que no tiene nombre posible
La indescriptible calidad de la temperatura del abrazo
del revoloteo de las alas de los vientres que se funden
La vida, nuestra vida mi vida
domingo, mayo 30
Desafinado
Menta el bossa que en el fondo del pecho de los desafinados también late un corazón...Y claro que de latir: late, si no que ni podría respirar para desafinar como Dios manda.
Y la socita Vero se pone tan pretty wise de repente, y a propósito de hartos cables sueltos dice: "mira amiga, cuando no es la culpa, es el miedo".
La suscrita, de miedo sabe hace tanto rato, que viene en su café de la mañana.
De la culpa, gracias a un curso no corto pero sí muy intenso, se emiten saludos lejanos cada cierto tiempo cuyo recibo ni pretendo acusar. La Culpa-Guaca es una obesa ansiosa y mentirosa que no distingue nada a su paso y va destruyendo sin querer/sin amar en verdad.
No sé cómo dejar de pertenecer a la ciudad entera, de participar en cada diálogo y en cada transformación humana con tanto amor, como un modo de asumir la levedad de todo. He allí mi fe. No en que todo cambiará, sino que en casi exactamente lo contrario.
Pero otra cosa es con guitarra, si lo que hay que lograr es afinarse y no cambiar...ahí sí pos síííí.
Taran taran...taran taran...escucho pacientemente que te afinas; cuando suena tratom o tirínnn...me esperanzo en que oigas y te oigas.
Y te convenzas por minutos consecutivos.
Y despegues.
Te desprendas del desamor.
Te prendas del amor.
Echemos un vistazo que me quedan dos cosas: el Casi, y el como si fuera tuya.
Y que nadie se confunda.
Y la socita Vero se pone tan pretty wise de repente, y a propósito de hartos cables sueltos dice: "mira amiga, cuando no es la culpa, es el miedo".
La suscrita, de miedo sabe hace tanto rato, que viene en su café de la mañana.
De la culpa, gracias a un curso no corto pero sí muy intenso, se emiten saludos lejanos cada cierto tiempo cuyo recibo ni pretendo acusar. La Culpa-Guaca es una obesa ansiosa y mentirosa que no distingue nada a su paso y va destruyendo sin querer/sin amar en verdad.
No sé cómo dejar de pertenecer a la ciudad entera, de participar en cada diálogo y en cada transformación humana con tanto amor, como un modo de asumir la levedad de todo. He allí mi fe. No en que todo cambiará, sino que en casi exactamente lo contrario.
Pero otra cosa es con guitarra, si lo que hay que lograr es afinarse y no cambiar...ahí sí pos síííí.
Taran taran...taran taran...escucho pacientemente que te afinas; cuando suena tratom o tirínnn...me esperanzo en que oigas y te oigas.
Y te convenzas por minutos consecutivos.
Y despegues.
Te desprendas del desamor.
Te prendas del amor.
Echemos un vistazo que me quedan dos cosas: el Casi, y el como si fuera tuya.
Y que nadie se confunda.
lunes, noviembre 9
avalanchaaa
Dicen:
-Que enamorarse es construir una religión de un dios falible.
-Que cuando te pones a llorar es que te entró la vida en el ojo.
-Que si quieres tener príncipe mejor pórtate como princesa.
-Que tener para ofrecer lo que uno necesita...es toda la felicidad.
-Que de pronto sale mejor pararse arriba de la roca para mirar, que hacerla rodar cuesta arriba para sólo entonces deshacerse de ella.
-Que enamorarse es construir una religión de un dios falible.
-Que cuando te pones a llorar es que te entró la vida en el ojo.
-Que si quieres tener príncipe mejor pórtate como princesa.
-Que tener para ofrecer lo que uno necesita...es toda la felicidad.
-Que de pronto sale mejor pararse arriba de la roca para mirar, que hacerla rodar cuesta arriba para sólo entonces deshacerse de ella.
domingo, septiembre 20
Primavera
Tiempo.
La relación con el tiempo es curiosa...Luigi me cuenta por ejemplo que por allá por los sures la gente, cuando te ve corriendo, te grita "no corra oiga! no pierda su tiempo!" y es bastante cierto que apurarse o cumplir con horarios, o peor, superponer las relaciones con la gente para no perder oportunidades, no es garantía contra el desperdicio del mismo...del mismo modo el compartir tiempo con gente no es lo que construye la posibilidad de conocerle.
Luego de liberar mi tiempo de los apremios ilegítimos que sufría, los largos kilómetros de viaje, el aire y sobretodo el AGUA, han moderado mi parecer con respecto a él y al clima...curioso, pero pasa que hoy la lluvia me provoca un enorme gozo, como que cada vez que llueve se lava mi corazón...este long-last august fue una clara oportunidad para aprender a disfrutar con las pequeñas y simples cosas de la vida, ajenas a los juegos torcidos de quienes pretenden manejarla en lugar de vivirla: gestos amables, tallas de calle, la alegría de los goles en alguna tele de boliche del sur, las fotos viejas en sus sobres originales de 19 años de inmanencia, los errores de tecleo que transforman una conversación...incluso los intentos de urdido de planes malvados de niños sin formación ética me dan gracia, pues valoro la oportunidad de ver lo feo que se vuelve el backstage cuando la gente no se ocupa de ser feliz.
Me encontré conmigo y me gustó lo que vi: mi honestidad, mi buena fe (ingenuidad si quieren), mi espontaneidad...encontrar los escritos de hace siglos y ver que he sido todo el tiempo una romántica empedernida, desde la ideología hasta la más minúscula de las convicciones, definitivamente me emocionó.
Fue tanta la placidez obtenida que aparecieron en tropel los planes pendientes, cuyo tejo lanzo con una sonrisa para ver adónde llego...total...lo importante no es llegar sino el camino como dicen por ahí, y por supuesto, la buena gente que se elige para acompañarlo.
Gente buena.
Que "en tren con destino errado, se va más lento que andando a pie".
Y sin apurarse, no hay tiempo que perder.
miércoles, septiembre 16
La Fortuna
La fortuna de ir por la vida con los ojos abiertos es que, aún cuando gran parte de lo que ves no es lindo, logras ver cosas bellas en cada encuentro con verdaderos seres humanos.
La fortuna de saber sentir es que, aún cuando muchas sensaciones no son agradables, muchas de ellas son inmensamente potentes y bellas.
La fortuna de andar por la vida expuest@ a la experiencia, es que todas ellas te enseñan algo nuevo de tí, del mundo, y de la felicidad que buscas.
La fortuna de vivir abiert@ a los demás es que encuentras las semejanzas y diferencias entre tú y los demás seres humanos, obligándote a mejorar y a comprender.
La fortuna de conocer las malas acciones de los demás, es que te permiten corregir tus actos y reafirmar tus principios.
La fortuna de vivir radica únicamente en la fortuna de estar viv@.
La fortuna de saber sentir es que, aún cuando muchas sensaciones no son agradables, muchas de ellas son inmensamente potentes y bellas.
La fortuna de andar por la vida expuest@ a la experiencia, es que todas ellas te enseñan algo nuevo de tí, del mundo, y de la felicidad que buscas.
La fortuna de vivir abiert@ a los demás es que encuentras las semejanzas y diferencias entre tú y los demás seres humanos, obligándote a mejorar y a comprender.
La fortuna de conocer las malas acciones de los demás, es que te permiten corregir tus actos y reafirmar tus principios.
La fortuna de vivir radica únicamente en la fortuna de estar viv@.
domingo, septiembre 6
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