lunes, septiembre 2

Aporilandia

aporía
f. filos. Dificultad lógica insuperable de un razonamiento o de su conclusión.
(Zenón de Elea propuso varias aporías en defensa de las tesis de Parménides contra el movimiento).
La Aporía (Aporesis o Diaporesis) es una Figura Retórica que consiste en la manifestación de duda o perplejidad acerca de lo que uno mismo debe decir o hacer.
Tal parece que cada uno de nosotros no es más que una figura retórica.
Tiene sentido, de hecho, sólo las figuras retóricas lo tienen.

La Aporía o sensación-de-no-tener-salida, es una repetición fina, no digan que no.
Proviene de la sofisticación máxima de un alma tan resistente al daño que se disocia en defensa propia:
mientras un hemisferio celebra los detalles simples del mundo, el otro se sobrecalienta de ideas que si no salen, van a provocar un incendio.
Y el ojo: disociado también....idealiza y deconstruye de modo alternado, la razón por la que fue bueno que existiera la Melanie Klein...la-teta-mala, la-teta-buena...una profunda miopía para vivir en el mundo, por una enceguecedora fluorescencia de la imaginatividad que provoca aquel mundo.
Pero la sensibilidad es inmune a la disociación, sólo que sus antípodas efectos viven en esquinas diversas de la galaxia...
como una bolsa de Hermione, contiene un sinnúmero de variedades todas mezcladas entre sí, provocando que la risa excesiva se transforme en llanto, que la debilidad elicite agresividad, que la pena dé rabia, etc.

Quizás es verdad que se necesitan varias vidas para aprender.